Hoy mi hijo ha salido al trabajo con la bolsa del gimnasio. Siempre hace así cuando me tiene a su cargo. Sin embargo hoy no podrá ir. Cuando salga de trabajar tiene que ir a pagar los servicios que contrató para ayer.
Las oficinas están en el centro y nosotros vivimos en las afueras. Entre ir, aparcar, hacer la gestión y volver, sacar al perro a hacer un pis (que no sale desde las 7 de la mañana) se le va a ir al menos una de las dos horas con las que cuenta al medio día antes de que llegue del centro, así que por hoy se tendrá que olvidar del gimnasio.
Cuando me ha recogido hemos ido a por el perro. Hay que vacunarle. Me interesan todos los animales que hay en la consulta y a todos les digo algo. Desde fuera parece que los trato como niños pequeños. Los dueños me miran sorprendidos. Hemos intentado hacer una videoconferencia con una de las hijas que viven fuera pero no se encontraba on line, así que nos hemos ido de paseo. Como hacía buen día nos hemos sentado en una terraza y yo he empezado a coger servilletas de papel. Las guardo en el bolso del pantalón porque quizá las necesite. El caso es que he cogido tres, porque inmediatamente después de coger cada una me olvido de que lo acabo de hacer.
Tengo el bolsillo del pantalón lleno de pañuelos de papel, servilletas y trozos de papel higiénico que alguien retira de noche en cuanto me quito la ropa
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