sábado, 15 de agosto de 2009

Día 11 de agosto de 2009

Soy usuaria de un Centro de Día para enfermos de Alzheimer. Me recogen a las 9.20 de la mañana y me llevan a casa de vuelta a las 17.30 así que paso allí 8 horas los días de semana. Los fines de semana los paso con la familia, salvo un sábado al mes que llaman de respiro. Hoy ha venido a buscarme mi hijo. Hemos ido a casa, hemos merendado, hemos recogido la ropa seca del tendedero y hemos tendido la húmeda, aunque yo me empeñaba en recogerla, una vez tendida, otra vez diciéndole que aún estaba mojada. Luego hemos ido a hacer compra y después de recogerlo todo nos hemos ido a tomar unos refrescos con el perro. Aunque se que no puedo darle de comer no me acuerdo hasta que me lo dice mi hijo. Siempre creo que es la primera vez que le doy, pero él me repite cada vez:
- no le des tanta comida, que se acabará poniendo enfermo.
Por el camino hemos hablado por teléfono con mi hija pequeña. Le digo que tengo ganas de verla, que hace mucho que no nos vemos. Ella me dice que solo hace dos meses que estuvo aquí, a mi me parecen dos años.
Hemos cenado una ensalada, jamón y queso blanco. Luego hemos puesto una película en la televisión pero a mi me daba miedo así que han acabado quitándola y a las 11.30 estábamos todos en la cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario