martes, 6 de octubre de 2009
Jueves 24 de septiembre:
No veo el papel higiénico. Con qué podría limpiarme. Los calcetines vendrán bien.
Martes 22 de septiembre:
Paseo con mi hijo. Cuantos coches hay estacionados, a cada cual más guapo. Así se lo hago saber, uno detrás de otro…
Lunes 21 de septiembre
Hoy me he cepillado el pelo con el cepillo de dientes. Mi hijo me ha dado el peine en cuanto me ha visto. Va mucho mejor
Miércoles 9 de septiembre
Tenía ganas de mear y he visto el cubo de la fregona en el suelo de la cocina. Había agua dentro así que me pareció un sitio apropiado.
Jueves 3 de septiembre
Mis hijos tapan el bidé. A veces lo confundo con el váter, por eso ahora aparece lleno de ropa
martes, 18 de agosto de 2009
Viernes 14 de agosto
Hoy he visto a María, la madre de los chicos Ortiz. Se ha puesto muy contenta de verme y me ha preguntado por donde ando, que hace mucho tiempo que no me ve. Yo he dicho que en Menorca mientras mi hijo decía que aquí, en casa de una hija.
Yo le he dicho que estaba muy guapa. Y ella, lo ha repetido preguntando: ¿Que estoy muy guapa? Ha sido en bajito, como si no se creyera lo que estaba oyendo. La verdad es que debe hacer más de 80 años ya y no es muy agraciada. Le cogí la chaqueta y miré el punto.
Quizá haya dicho la chaqueta es muy guapa en vez de referirse a mi, debió pensar, porque a continuación me dio todos los detalles acerca de donde la había comprado, cuanto había costado y cuanto tiempo hacía que la tenía.
Yo le he dicho que estaba muy guapa. Y ella, lo ha repetido preguntando: ¿Que estoy muy guapa? Ha sido en bajito, como si no se creyera lo que estaba oyendo. La verdad es que debe hacer más de 80 años ya y no es muy agraciada. Le cogí la chaqueta y miré el punto.
Quizá haya dicho la chaqueta es muy guapa en vez de referirse a mi, debió pensar, porque a continuación me dio todos los detalles acerca de donde la había comprado, cuanto había costado y cuanto tiempo hacía que la tenía.
Jueves 13 de agosto
Hoy mi hijo ha salido al trabajo con la bolsa del gimnasio. Siempre hace así cuando me tiene a su cargo. Sin embargo hoy no podrá ir. Cuando salga de trabajar tiene que ir a pagar los servicios que contrató para ayer.
Las oficinas están en el centro y nosotros vivimos en las afueras. Entre ir, aparcar, hacer la gestión y volver, sacar al perro a hacer un pis (que no sale desde las 7 de la mañana) se le va a ir al menos una de las dos horas con las que cuenta al medio día antes de que llegue del centro, así que por hoy se tendrá que olvidar del gimnasio.
Cuando me ha recogido hemos ido a por el perro. Hay que vacunarle. Me interesan todos los animales que hay en la consulta y a todos les digo algo. Desde fuera parece que los trato como niños pequeños. Los dueños me miran sorprendidos. Hemos intentado hacer una videoconferencia con una de las hijas que viven fuera pero no se encontraba on line, así que nos hemos ido de paseo. Como hacía buen día nos hemos sentado en una terraza y yo he empezado a coger servilletas de papel. Las guardo en el bolso del pantalón porque quizá las necesite. El caso es que he cogido tres, porque inmediatamente después de coger cada una me olvido de que lo acabo de hacer.
Tengo el bolsillo del pantalón lleno de pañuelos de papel, servilletas y trozos de papel higiénico que alguien retira de noche en cuanto me quito la ropa
Las oficinas están en el centro y nosotros vivimos en las afueras. Entre ir, aparcar, hacer la gestión y volver, sacar al perro a hacer un pis (que no sale desde las 7 de la mañana) se le va a ir al menos una de las dos horas con las que cuenta al medio día antes de que llegue del centro, así que por hoy se tendrá que olvidar del gimnasio.
Cuando me ha recogido hemos ido a por el perro. Hay que vacunarle. Me interesan todos los animales que hay en la consulta y a todos les digo algo. Desde fuera parece que los trato como niños pequeños. Los dueños me miran sorprendidos. Hemos intentado hacer una videoconferencia con una de las hijas que viven fuera pero no se encontraba on line, así que nos hemos ido de paseo. Como hacía buen día nos hemos sentado en una terraza y yo he empezado a coger servilletas de papel. Las guardo en el bolso del pantalón porque quizá las necesite. El caso es que he cogido tres, porque inmediatamente después de coger cada una me olvido de que lo acabo de hacer.
Tengo el bolsillo del pantalón lleno de pañuelos de papel, servilletas y trozos de papel higiénico que alguien retira de noche en cuanto me quito la ropa
lunes, 17 de agosto de 2009
Día 12 de agosto de 2009
Llevo diagnosticada desde 2005. Primero como un problema de deterioro cognitivo leve, aunque cuando fui al médico ya no sabía ni cocinar, tarea que llevaba haciendo toda la vida. Más tarde me diagnosticaron de Alzheimer. Ahora estoy entre el estadio 4 y el 5 en la escala GDS.
Tres de mis cuatro hijos se encargan de mí. A dos hijas las tengo lejos, pero mientras una se esfuerza por venir y verme a la otra apenas la veo una semana al año.
Con los otros dos convivo. Se turnan para poder tener tiempo libre. Aún así cuando están conmigo se ocupan de todo lo relativo a mi persona. Qué como y cuándo, cómo me aseo, qué me pongo hoy, si paseo o si voy al cine, aunque ya me cuesta seguir las historias de principio a fin.
He dormido en casa de mi hijo. Habitualmente lo hago en casa de mi hija, pero ayer ella le pidió que solucionara el problema de la acompañante de la mañana, así que me he venido aquí.
He dormido bien, aunque me he levantado con un fuerte dolor de cabeza. He tomado un gelocatil y se me ha pasado.
Me ha duchado y al intentar ponerme el vestido nos hemos atascado en una manga. Él cree que yo he engordado. Los dos nos hemos puesto a sudar hasta colocarla bien.
Luego hemos desayunado:
Una pieza de fruta, paraguayo, un zumo de naranja, 10 galletas y un tazón de café con leche. He mojado las galletas en el zumo hasta que mi hijo me ha sugerido que las moje en el café, porque en el líquido caliente están más ricas.
He tenido una sorpresa. Siempre me quedo con una amiga de mi hija hasta que llega el transporte que me lleva al centro de día. Sin embargo hoy ha ido al médico y mi hijo ha contratado a una sustituta, porque nadie se podía quedar conmigo hasta tan tarde (todos entran a pronto a trabajar y el transporte no llega hasta las 9.20). Sabe que las novedades me ponen un poco nerviosa, por eso ha esperado al último momento para dejarme con ella y se ha ido a trabajar. Al principio estaba un poco tensa, pero el marido de mi hijo aún estaba en casa y me ayudó a sobreponerme. Luego él también se fue. Probablemente esta tarde no recuerde que ha venido alguien nuevo a llevarme a la ambulancia.
Mi hijo está en terapia. Lleva tiempo viendo a un psicólogo los miércoles por la tarde. Hoy es miércoles y aún no lo se, pero a las 18.30, la misma chica u otra distinta, pasará conmigo un par de horas mientras él está en la consulta o se desplaza a ella a 25 Km. de casa.
A las 21 volveré con mi hija, ya que, aunque ésta es la semana del chico, habitualmente duermo y me aseo con ella, salvo los fines de semana en que estoy con él.
Tres de mis cuatro hijos se encargan de mí. A dos hijas las tengo lejos, pero mientras una se esfuerza por venir y verme a la otra apenas la veo una semana al año.
Con los otros dos convivo. Se turnan para poder tener tiempo libre. Aún así cuando están conmigo se ocupan de todo lo relativo a mi persona. Qué como y cuándo, cómo me aseo, qué me pongo hoy, si paseo o si voy al cine, aunque ya me cuesta seguir las historias de principio a fin.
He dormido en casa de mi hijo. Habitualmente lo hago en casa de mi hija, pero ayer ella le pidió que solucionara el problema de la acompañante de la mañana, así que me he venido aquí.
He dormido bien, aunque me he levantado con un fuerte dolor de cabeza. He tomado un gelocatil y se me ha pasado.
Me ha duchado y al intentar ponerme el vestido nos hemos atascado en una manga. Él cree que yo he engordado. Los dos nos hemos puesto a sudar hasta colocarla bien.
Luego hemos desayunado:
Una pieza de fruta, paraguayo, un zumo de naranja, 10 galletas y un tazón de café con leche. He mojado las galletas en el zumo hasta que mi hijo me ha sugerido que las moje en el café, porque en el líquido caliente están más ricas.
He tenido una sorpresa. Siempre me quedo con una amiga de mi hija hasta que llega el transporte que me lleva al centro de día. Sin embargo hoy ha ido al médico y mi hijo ha contratado a una sustituta, porque nadie se podía quedar conmigo hasta tan tarde (todos entran a pronto a trabajar y el transporte no llega hasta las 9.20). Sabe que las novedades me ponen un poco nerviosa, por eso ha esperado al último momento para dejarme con ella y se ha ido a trabajar. Al principio estaba un poco tensa, pero el marido de mi hijo aún estaba en casa y me ayudó a sobreponerme. Luego él también se fue. Probablemente esta tarde no recuerde que ha venido alguien nuevo a llevarme a la ambulancia.
Mi hijo está en terapia. Lleva tiempo viendo a un psicólogo los miércoles por la tarde. Hoy es miércoles y aún no lo se, pero a las 18.30, la misma chica u otra distinta, pasará conmigo un par de horas mientras él está en la consulta o se desplaza a ella a 25 Km. de casa.
A las 21 volveré con mi hija, ya que, aunque ésta es la semana del chico, habitualmente duermo y me aseo con ella, salvo los fines de semana en que estoy con él.
sábado, 15 de agosto de 2009
Día 11 de agosto de 2009
Soy usuaria de un Centro de Día para enfermos de Alzheimer. Me recogen a las 9.20 de la mañana y me llevan a casa de vuelta a las 17.30 así que paso allí 8 horas los días de semana. Los fines de semana los paso con la familia, salvo un sábado al mes que llaman de respiro. Hoy ha venido a buscarme mi hijo. Hemos ido a casa, hemos merendado, hemos recogido la ropa seca del tendedero y hemos tendido la húmeda, aunque yo me empeñaba en recogerla, una vez tendida, otra vez diciéndole que aún estaba mojada. Luego hemos ido a hacer compra y después de recogerlo todo nos hemos ido a tomar unos refrescos con el perro. Aunque se que no puedo darle de comer no me acuerdo hasta que me lo dice mi hijo. Siempre creo que es la primera vez que le doy, pero él me repite cada vez:
- no le des tanta comida, que se acabará poniendo enfermo.
Por el camino hemos hablado por teléfono con mi hija pequeña. Le digo que tengo ganas de verla, que hace mucho que no nos vemos. Ella me dice que solo hace dos meses que estuvo aquí, a mi me parecen dos años.
Hemos cenado una ensalada, jamón y queso blanco. Luego hemos puesto una película en la televisión pero a mi me daba miedo así que han acabado quitándola y a las 11.30 estábamos todos en la cama.
- no le des tanta comida, que se acabará poniendo enfermo.
Por el camino hemos hablado por teléfono con mi hija pequeña. Le digo que tengo ganas de verla, que hace mucho que no nos vemos. Ella me dice que solo hace dos meses que estuvo aquí, a mi me parecen dos años.
Hemos cenado una ensalada, jamón y queso blanco. Luego hemos puesto una película en la televisión pero a mi me daba miedo así que han acabado quitándola y a las 11.30 estábamos todos en la cama.
jueves, 13 de agosto de 2009
Diario De una enferma de Alzheimer
No se muy bien por qué hago este diario, en realidad no soy yo quien escribe sino uno de mis hijos. Yo ya no puedo recordar como quisiera y él ha pensado que quizá esto le sirva a alguien.
No podré ser objetiva, no lo he sido nunca y menos lo voy a ser ahora que por mi boca habla otra persona.
Solo quiero ser un diario abierto a las personas curiosas o interesadas. Me llamo Dolores y esta es mi historia; aunque antes de empezar quiero decir unas palabras acerca de cómo tuvimos que afrontar la enfermedad y los pocos apoyos que recibimos. Cuando me diagnosticaron len 2005 y pedimos ayuda nos encontramos un panorama desolador: La primera persona a la que preguntamos fue una chica que vendía muñecos bajo una pancarta de Fundación Alzheimer en unos grandes almacenes, ni siquiera hablaba español. Solo estaba ahí para vender, pero no para informar. Los servicios sociales municipales no han sido mejores. El primer expediente que se redactó en Servicios sociales tenía tantos errores que leído da pena. Como pena da la jefa de servicio intentando ocultar el mal hacer de la trabajadora social con un comportamiento de corporativismo mal entendido. Ésta culpabilizó de los errores a la familia, sugiriendo que no queríamos atender a nuestros mayores y que mentíamos y confundíamos a la trabajadora social porque no queríamos gastar nuestro dinero sino aprovecharnos con engaños de los recursos sociales (a los cuales la ley de dependencia nos garantiza su disfrute). Las quejas en instancias superiores no fueron atendidas mejor: Alegaban que habíamos sido suficientemente informados. Este es un Ayuntamiento donde gobierna PSOE con IU. Para una familia de izquierdas ha sido muy duro de digerir. Nuestro padre y marido fue uno de los primeros afiliados al al PSOE en la ciudad y desde luego luchó por una realidad muy distinta a la que nos encontramos.
También hemos tropezado con gente amable y auténticos profesionales , pero el daño ya está hecho, hemos perdido mucho tiempo solos y sin ayuda de ninguna clase.
No podré ser objetiva, no lo he sido nunca y menos lo voy a ser ahora que por mi boca habla otra persona.
Solo quiero ser un diario abierto a las personas curiosas o interesadas. Me llamo Dolores y esta es mi historia; aunque antes de empezar quiero decir unas palabras acerca de cómo tuvimos que afrontar la enfermedad y los pocos apoyos que recibimos. Cuando me diagnosticaron len 2005 y pedimos ayuda nos encontramos un panorama desolador: La primera persona a la que preguntamos fue una chica que vendía muñecos bajo una pancarta de Fundación Alzheimer en unos grandes almacenes, ni siquiera hablaba español. Solo estaba ahí para vender, pero no para informar. Los servicios sociales municipales no han sido mejores. El primer expediente que se redactó en Servicios sociales tenía tantos errores que leído da pena. Como pena da la jefa de servicio intentando ocultar el mal hacer de la trabajadora social con un comportamiento de corporativismo mal entendido. Ésta culpabilizó de los errores a la familia, sugiriendo que no queríamos atender a nuestros mayores y que mentíamos y confundíamos a la trabajadora social porque no queríamos gastar nuestro dinero sino aprovecharnos con engaños de los recursos sociales (a los cuales la ley de dependencia nos garantiza su disfrute). Las quejas en instancias superiores no fueron atendidas mejor: Alegaban que habíamos sido suficientemente informados. Este es un Ayuntamiento donde gobierna PSOE con IU. Para una familia de izquierdas ha sido muy duro de digerir. Nuestro padre y marido fue uno de los primeros afiliados al al PSOE en la ciudad y desde luego luchó por una realidad muy distinta a la que nos encontramos.
También hemos tropezado con gente amable y auténticos profesionales , pero el daño ya está hecho, hemos perdido mucho tiempo solos y sin ayuda de ninguna clase.
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